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Embarazo, lactancia y suplementos

Existe una gran variedad de suplementos vitamínicos especialmente formulados para el embarazo y la lactancia. Pero, ¿son realmente necesarios estos suplementos?, ¿de verdad hay que gastarse en torno a 10€ al mes de media desde que decides quedarte embarazada hasta que dejes de amamantar a tu hijo?, ¿es suficiente con lo que nos receta (o debería) el médico de familia?

Nos dicen que estos suplementos sirven para  “Optimizar la capacidad normal de la mujer para procrear”, que “Ayudan a conseguir un buen estado nutricional en la mujer, que es esencial para el correcto desarrollo del feto”, o que “Ayuda a la recuperación de la madre en el posparto”. ¡Incluso llegan a afirmar que “Es el complemento esencial durante el periodo de lactancia”!. Sin embargo, aunque todos sus componentes son necesarios, lo son durante el embarazo y fuera de él, y para conseguirlos debemos recurrir a una dieta equilibrada y no a pastillas, ya que unas pastillas de vitaminas JAMÁS deben sustituir una dieta sana.

Hoy la evidencia científica hace que las recomendaciones oficiales sean éstas:
Su carencia se relaciona con la aparición de defectos del tubo neural como el labio leporino, la espina bífida y la anencefalia.

El Ministerio de Sanidad, la OMS y la SEGO recomiendan a toda mujer que desee quedarse embarazada la toma diaria de 0.4mg de ácido fólico desde al menos 1 mes antes de quedarse embarazada y como mínimo continuar hasta la semana 12 de gestación. En aquellas mujeres que presenten un riesgo alto de tener hijos con este tipo de malformación, la dosis aumentaría a 4mg/día. La tendencia es mantenerlo durante todo el embarazo, sobre todo en casos de gemelaridad, enfermedades crónicas, vómitos de repetición o mala absorción de cualquier origen. La toma debe ser diaria e ininterrumpida, porque no se almacena en el organismo y su consumo irregular disminuye o anula el efecto protector.

Según la OMS, el déficit de yodo es la segunda causa de retraso mental y parálisis cerebral evitable en el mundo. El yodo es un nutriente imprescindible para la síntesis de las hormonas tiroideas, que juegan un papel fundamental en el metabolismo celular y en el desarrollo y funcionamiento de todos los órganos, especialmente del cerebro, de modo que su déficit puede repercutir de forma irreversible en el desarrollo neurológico del niño.

La mejor estrategia para prevenir este déficit es el consumo de sal yodada (NO aumentar el consumo, sino sustituir la sal común por sal yodada). Sin embargo, en las gestantes esta medida resulta insuficiente ya que necesitan dosis diarias de yodo más elevadas que la población general para asegurar el correcto desarrollo del feto; además, durante el periodo de lactancia, la leche materna es la única fuente de yodo para el niño. Estas necesidades aumentadas no se pueden conseguir a través de la ingesta de sal por motivos obvios, por lo que se recomienda que todas las mujeres que planifiquen embarazo, estén embarazadas o amamantando, suplementen la dieta con una dosis de 200 microgramos de yodo diario.

La anemia ferropénica es la deficiencia nutricional más frecuente entre las embarazadas, ya que se produce una disminución de los niveles de hemoglobina y de hierro en sangre, mientras que la capacidad total de transporte de hierro aumenta. Debido a esto, en las mujeres sin antecedentes de riesgo de ferropenia se recomiendan los suplementos de dosis bajas de hierro oral durante la segunda mitad del embarazo, en mujeres con déficit previo la administración de hierro debería iniciarse cuanto antes. Hay que tener en cuenta que los niveles de hemoglobina demasiado elevados también pueden producir problemas en la embarazada y el feto, por lo tanto, si la gestante presenta buenos niveles de hemoglobina, estos suplementos no son necesarios.

Así que, en resumen, desde que decidimos buscar el embarazo hasta como mínimo las 12 semanas gestación debemos tomar suplementos de 0.4mg de ácido fólico al día, también debemos suplementar diariamente el yodo a dosis de 200 microgramos desde que planeamos el embarazo hasta que dejemos de dar el pecho y, finalmente, según los resultados analíticos que vayamos obteniendo a lo largo de la gestación deberemos tomar suplementos de hierro a las dosis que nos indique nuestro médico. Todos estos suplementos están financiados por la seguridad social y nuestros médicos pueden recetárnoslos sin ningún inconveniente.

Verónica Pleguezuelos Ramos


Comentarios

  1. Magnífico post! Recomendable lectura para todas las que planificamos ser mamás o ya lo somos.
    Gracias.

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